A la hora de
hacer ciencia, las ilusiones de
significado, pueden ser peligrosas, pero más aún, si estamos emocionalmente
involucrados, donde la posibilidad de engañar es mayor. Aunque en nuestro campo
de investigación, es muy difícil que algo sufra lo que se llama el efecto
placebo, o que nos involucremos emocionalmente como puede ser el caso de los
médicos, es algo que no tenemos que olvidar y a tener en cuenta.
Continuando
con el tema del engaño, comentar que un porcentaje muy elevado de los
estudiantes universitarios admite haber acudido al plagio al menos una vez.
Para esta variante del fraude científico, es increíble la cantidad de herramientas
anti plagio que existen. Podemos encontrar varias aplicaciones en la red. Por
ejemplo: Google scholar, The plagiarisim Checker, Plagium…
Con relación a
esto, tengo que decir que el articulo de “la culpa siempre la tiene el becario”
me ha parecido realmente interesante y me parece que desgraciadamente retracta muy
bien la realidad. En España, muchos becarios se forman como investigadores sin
ningún tipo de supervisión, de una forma autodidacta y nadie les enseña lo
grave que es plagiar. Quizás como dice
en el artículo, por nuestra cultura, nunca hablamos de responsables, y sin embargo
sí de los culpables. En el artículo se hace referencia a un caso en concreto, donde “los meritos”
por así decirlo, de un artículo científico se lo llevan “los jefes”, los
coautores, pero cuando hablamos del plagio, el culpable es el becario, cuando
el primer autor, siendo becario, no es
responsable de su formación como investigador, o no debería.
En mi opinión,
creo que viendo el grave problema que hay, sería realmente interesante que
hubiera la posibilidad de que en las propias carreras universitarias se
reforzara el tema de la epistemología y metodología de la investigación.
Buen empujón le has dado al blog desde la última vez que pasé por aquí. Ya solo falta el póster y hemos acabado.
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